Puede ser una ciudad cualquiera. Sí. No importa si es moderna o antigua, grande o pequeña, costera o del interior. Porque una vez que estés allí, tendrás que hacerla tuya. Cada ciudad, es la ciudad del que la vive. No es sino tu percecpción de ésta. La misma ciudad contiene todas las respuestas ad hoc y a medida para quien se atreve a sumergirse en ella y está dispuesto a perderse en sus calles y sus rincones claros y oscuros. Sólo así puedas llegar realmente a concerla y a encontrarte contigo mismo. Solo al encontrarte contigo mismo, podrás sentir la genuina presencia de la compañía que elegiste para recorrer el camino que lleva a todas las ciudades, el camino de tu propia vida, configurada por tí mismo, como si fuera, tu propia ciudad. La ciudad.
La ciudad
No sé muy bien, como empezó todo, la verdad. Estaba cansado, lleno de heridas ocultas que tardaban en curar. Había mucha confusión en mi cabeza y mucho ruido en mi pecho al respirar. Tenía trastos que tirar, papeles que ordenar y algunos nudos que aflojar. Parecía que todo estaba perdido. Pero hice un pequeño equipaje, armado de colores, de ilusiones hipotecadas, de dudas sin sabores, de canciones prestadas y de una llave oxidada que fundí. Y marché sólo a otro país muy lejos de aquí. Busqué entonces, una ciudad.
Al llegar, desplegué toda mi curiosidad. Me hice cargo de mi destino. Medí decidido en el caos de sus ruidosas e intrincadas calles y en el vacío solar de mi habitación, el estrecho mar que nos separa. Y sentí de nuevo la calma que me inunda cuando te traigo a mí de nuevo al recordar tus palabras redondeadas, tus besos como pétalos frescos, tus abrazos sin aristas y la luz de tu manantial. Y me encontré de pronto a mí mismo atravesando como ideas los muros de tu mapa, tu cuerpo inerte e infranqueable, el cristal de tu mirada y tu fascinante mente. Te cogí la mano para entrar y me encontré de pronto con la ciudad.
Recorrí despacio, escudriñé y bebí de todas sus fuentes. Miré directamente a todos y a todo con ojos de niño y de buscador de oro a la vez. Merodeé por todas sus estaciones, por todos sus parques, crucé por sus plazas, por todos sus rincones. Surqué su río, profané y atravesé sus templos. Hice un pacto con sus dioses. Hablé, escuché y miré a los ojos de sus gentes. Me dejé llevar por mi propia estrella y me olvidé de las reglas, de las señales establecidas y de todas las normas que aprendí. La hice mía, y me traje ya dentro de mí y para siempre, mi ciudad.
Después, me olvidé de nuevo del tiempo y de las prisas, de las palabras esclavas de sus letras, de las trampas tramposas de la soledad, de la falta de valor, del miedo a tropezar, de la fiebre espesa o del hondo surco sin huella del cansancio. Y busqué en ella un sitio para tí y lo encontré más allá de los límites del deseo sin fondo, de los sueños reciclados, de los recuerdos descalabrados, de los planes por decorar. Desde aquí, desde donde tu presencia sigue siendo más fuerte que todo, miro de nuevo al mar con empatía aunque aún nos señala y nos separa. Pero ahora, desde tu propio espacio, estás tan cerca de mí como se pueda estar. Habitas y tiemblas cierta y curvilínea en mis sueños. Estás, ya lo sabes y por siempre, en nuestra ciudad.
¿Has encontrado ya esa ciudad?
¿Es para toda la vida, o crees que podrás seguir redescubriéndola?
¿Prefieres compartirla, o tienes la tuya propia, intransferible?
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Estaba deseando que publicaras “La Ciudad”, es de mis escritos preferidos… Tan real, tan descriptivo, tan bonita…. puedo leerla mil veces y saborear cada idea, cada emoción, cada palabra. Me encanta. Me gusta mucho como hila desde el comienzo hasta el final, como recrea el individualismo a la pluralidad, la soledad de uno con la compañía de dos… y cómo se multiplica al final. Me gusta muchísimo <3
Ciudad es allá donde vayas, puertas que cierres o abras y sombras a las cuales te decidas parar a descansar. Precioso texto, gracias por mostrarnos tu cuidad.
Hola, Ruth!
Efectivamente, la ciudad es algo más que un montón de piedras, asfalto, semáforos, cristales, etc “supuestamente” ordenados. La ciudad es la experiencia que traes de ella y guardas de ella, son sus gentes, el aroma en las calles, los sonidos del bullicio … y la persona anímica que en ese momento toma tu lugar cuando observas y absorbes lo que tienes delante … la ciudad, es una experiencia única. Siempre
Un abrazo grande, feliz finde! (())
La ciudad siempre será algo diferente para mi según el momento. Un sitio para visitar. Una alternativa lejana de lugar donde vivir. Miles de posibilidades a descubrir. Para cada ser desde su perspectiva. Una ciudad es tantas como ojos la visiten.
Precioso texto.
Gracias YTset
Un ciudad, un libro, una canción, una pintura … la belleza, la experiencia y el arte, está también en los sentidos del que observa y se nutre.
Un abrazo grande (). Siempre
Una,La,Mi,Nuestra, eso es exactamente lo que es modificable , ni importa qué ciudad , lo que la puede hacer diferente es eso:
Una Ciudad
La Ciudad
Mi Ciudad
Nuestra Ciudad
Es lo que puede hacer que nuestros ojos vean y sientan el mismo lugar ,de una manera distinta.
Precioso texto Lu ,que espero no sea distorsionado por mis pensamientos.
Hola, Issa,
No distorsionas nada. Todo lo que se escriba en este rincón literario siempre que venga desde el respeto y la empatía, es una gran aportación, como tus reflexiones 🙂
Una ciudad, un libro, una canción … tienen tantas versiones como permite las infinitas combinaciones de personas, momentos y estados anímicos … dentro de su gama de cromática y/o de grises incluída, que es infinta también.
Gracias por tu compañía y tu presencia al compartir tus palabras, no dejes de hacerlo 😉
Un abrazo grande ()
Las ciudades son como seres vivos…. Y si la.haces tuya, los momentos que eres feliz la ves con mejor cara a la ciudad, y si la haces tuya hasta esas imperfecciones te gustan. Las sientes como propias. Lucas está genial. No se . Es que escribir y hacer que veamos ese mundo como para sentirlo no tiene precio.
Hola, Àngel!
Veo que eres un “ciudadano” de los auténticos, de los que siente, padece y saborea las calles cuando camina por ellas, dejándose sorprender y abrazar por ella. Deseo que a día de hoy, estés en esa “Tú ciudad”.
Te agradezco tus palabras y que valores la escritura y la literatura como otra forma también de ver, como si fueran nuestros ojos a través de los e otro y con algo más de ese ingrediente fantástico y personal que se llama imaginación (personal e intransferible pero “compartible”)
Un abrazo grande (). Siempre 😉
Bueno…. aún no me encuentro en el sitio que me gustaría. De hecho donde vivo no es una ciudad, sino más bien un pueblo grande. Que por más que lo intento no lo siento como propio….. Y como todo en la vida, las cosas no conviene forzar las.
Desde pequeño me atraen más las ciudades con un tamaño mediano, donde pasar desapercibido…… No se si te ha pasado lo mismo a ti desde pequeño …..Ya me cuentas. Un abrazo
Hola, Ángel.
A veces es complicado identficarse con la ciudad en la que vives. Depende del momento, de tu persona anímica, de experiencias pasadas. Lo más importante es darse cuenta de que, la solución al desbarajuste interior y emocional no está en un lugar físico en concreto. Tenemos la ilusión de que paseando nuestra “basura emocional” de un lado para otro, lograremos ir dejándola por ahí, dejándola atrás como jirones y retazos. No es verdad, se arrastra de un sitio a otro. Por supuesto, que el entorno, en este caso la ciudad, ayuda si estás alineado con ella, con lo que te ofrece, con como te desenvuelves. Pero antes de hacer “tuya” una ciudad, también es importante conectar contigo primero.
Lo conseguirás, sin forzar nada, poco a poco …
Un abrazo grande ()! Siempre